Vivir para jugar al fútbol: Matías Pisano

Cuando era un niño, Matías Pisano sufrió un golpe en la cabeza que por poco no lo dejó fuera de las canchas para siempre. Con el tiempo, el delantero de Chacarita se convirtió en un ejemplo de lucha y hoy disfruta de ser futbolista como si nada le hubiera ocurrido.

Las historias se forman de hechos que marcan para siempre una vida, y esas marcas procuran valorar el día a día y llenar de esperanza y sueños a las personas. En el Ascenso, todo el tiempo pasan cosas y Matías Pisano es el claro ejemplo de lucha y coraje. El “enano”, hábil delantero que transporta la pelota como si la misma fuese parte de su zurda, comenzó a jugar al fútbol a los cuatro años en el club que lo formó tal y como es hoy en día: Sociedad de Fomento Fernando Hidalgo. Gambeteador, exitoso, goleador y muchas veces campeón, se encargó de destacarse del resto. Así fue como terminó yendo al club que le dio todo: Chacarita.

Matías, con mucho esfuerzo y amor propio, se fue acomodando hasta llegar a Primera, aunque no todo fue fácil en el camino que cada chico con una pelota quiere cumplir. Jugando en Inferiores, en prenovena ante Independiente, un golpe en la cabeza lo dejó inconsciente, hospitalizado, intervenido quirúrgicamente y alejado de las canchas por varios meses.

Pero aquel niño la peleó, mostrando lo que sería un reflejo a lo largo de su vida, y fue para adelante. Luego de la operación y la extensa recuperación, Matías regresó a las canchas. Y pese a que el médico le había sugerido cuidarse de cualquier golpe, en la primera pelota que tocó desvió con su cabeza un tiro libre violentísimo. Desde entonces, quedó claro que el “enano” era puro coraje y que, a pesar de los obstáculos que la vida podría ponerle por delante, él seguiría encarando rivales.

Vivir por el fútbol es uno de sus máximos lemas, y su Angel Guardián le acercó más felicidad con el paso del tiempo. Y el 2008 fue el año del despegue y de los logros: debuten Primera, un viaje a España para hacer pruebas en el Villarreal, y la citación a la Selección Sub 18 y Sub 20.

Sin dudas que Matías Pisano es una historia oculta del ascenso, un ejemplo de lucha. Y actualmente, con varias temporadas en la Primera de Chacarita, sueña con seguir disfrutando con la pelota, y agradeciendo día a día vivir para jugar al fútbol.

 Leandro Sebastian, 3º A


Fuente: Periodismo Deportivo